Mao Zedong
Publicación original: marxistphilosophy.org
Traducción: Roderic Day

Debemos unir todas las fuerzas que pueden ser unidas (1956)

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El 25 de abril de 1956 Mao dirigió un discurso al Politburó titulado “Sobre las diez relaciones principales”, en el que explicaba varias diferencias entre el modelo socialista soviético y el modelo socialista chino. [1] Aquel discurso inicialmente circuló dentro del PCC, pero fue publicado oficialmente tras la muerte de Mao en 1976. El discurso actual es más corto y mucho menos conocido. Fue pronunciado ese mismo día ante delegados de partidos latinoamericanos, y toca los mismos puntos, pero dirigido a un público internacional. El texto, impreso en Obras completas de Mao (1996), se basa en transcripciones de conversaciones de los Archivos Centrales, y a mi entender aquí se encuentra traducido al inglés y español por primera vez.


Es muy grato conocerlos, camaradas. No es fácil reunirnos en persona, ya que América del Norte y América del Sur están muy lejos de China, separadas no solo por el océano Pacífico, sino además por los obstáculos artificiales impuestos por los Estados Unidos. Actualmente China no ha establecido relaciones diplomáticas con muchos países del mundo, especialmente con los de América del Norte y América del Sur, y tenemos muy pocos intercambios comerciales y culturales. Sin embargo, creemos que estas relaciones diplomáticas pueden ser establecidas gradualmente.

China solía ser una semicolonia, y hoy sigue siendo un país relativamente económicamente atrasado. Los imperialistas son mezquinos y no están dispuestos a ayudar a otros países a desarrollar su industria. No nos dejaron nada cuando se retiraron.

Por ende es muy importante ganarse a los del medio. En China, como en América del Norte y América del Sur, la burguesía nacional desempeña un rol muy importante. No son muy numerosos, pero poseen gran influencia, en algunos casos incluso mayor que la de la clase obrera. Por lo tanto, la labor de conseguir que estas personas se incorporen a nuestro proyecto es muy importante. Ahora, no sólo debemos luchar para ganarnos a la burguesía nacional, sino también para unirla y ofrecerle beneficios, de manera que también pueda apoyar a la transformación socialista. ¿Qué beneficios les damos? Uno es darles trabajo que hacer, y el otro es darles el derecho al voto.

La transformación de los capitalistas no puede llevarse a cabo de golpe, así que también les damos tiempo. Han pasado seis años desde la fundación de la República Popular China, y actualmente tenemos previsto darles otros tres años, para un total de nueve. Esto es beneficioso para los trabajadores y los campesinos. La producción no se verá interrumpida, no habrá escasez de productos básicos necesarios en el mercado, y tanto los precios como el poder adquisitivo de nuestra moneda se mantendrán estables. Actualmente estamos reformando a la burguesía nacional y aboliendo la propiedad privada de los medios de producción. Nos enfocamos en educar a los capitalistas, en incluirlos en clases y reuniones, en enseñarles el método de autocrítica, en fomentar su lado positivo y abrir sus mentes. La ruta socialista no está extenta de dolor y lucha para los capitalistas. Hemos movilizado un amplio abanico de fuerzas sociales para ayudar en la labor de rehabilitación. No sólo fueron los trabajadores quienes lucharon contra los capitalistas, sino que los hijos progresistas de las familias capitalistas también lucharon contra sus padres. Entonces, seis años después de la revolución, la industria y el comercio capitalista se encuentran esencialmente en aras de la transformación socialista.

Al llevar a cabo la transformación socialista, planteamos que los capitalistas pasen gradualmente a formar parte de la clase trabajadora. Hoy en día hay fábricas en las que el director es un capitalista y el subdirector es uno de nuestros camaradas. Se les pide que sean directores de fábrica porque conocen la tecnología, pero sus negocios se están convirtiendo poco a poco en empresas estatales. Los capitalistas son mucho más útiles que los terratenientes feudales. A los terratenientes sólo les permitimos cultivar algunas parcelas, para que puedan convertirse en agricultores. Siguen sin tener el derecho al voto. Pero con los capitalistas es distinto. Ellos tienen habilidades y capacidades de gestión, y en estas áreas el proletariado debe aprender de ellos.

La política de China hacia la burguesía nacional puede servir de referencia para los partidos hermanos en América Central y América del Sur. Ustedes pueden evaluar la idea de cooperar con la burguesía nacional en aras de la revolución, de convencerlos de oponerse al imperialismo. Ellos también están insatisfechos con el imperialismo. Pueden ser unidos, convencidos o apartados. Si ustedes logran convencer a todos los campesinos de aceptar el liderazgo del proletariado, y se ganan además a la burguesía, la lucha será fácil. La probabilidad de éxito incrementará para los movimientos de liberación nacional hoy en día y para movimientos de emancipación social a futuro. El proletariado debe unir al pequeño empresario, principalmente a aquellos de la pequeña burguesía que no explotan a otros. Es decir, a agricultores y artesanos independientes. Se trata de una alianza entre los explotados y los productores independientes que no explotan a otros. Es un tipo de alianza muy importante. De igual manera, el proletariado debe considerar ciertas otras alianzas: con elementos de la gran burguesía nacional, con figuras religiosas y terratenientes con conciencia. La independencia y la liberación son imposibles para los países semicolonizados sin alianzas de este tipo.

En resumen, debemos unir todas las fuerzas que pueden ser unidas, reduciendo así el número de enemigos a un mínimo, dejando en contra únicamente a los imperialistas y algunos pocos elementos proimperialistas domésticos: grandes capitalistas y grandes terratenientes con estrechos vínculos al imperialismo. Para nosotros, cuantos más amigos tengamos, mejor, y cuantos menos enemigos tengamos, mejor.

Para este propósito nuestro partido debe utilizar plenamente toda fuerza disponible. Es necesario desarrollar políticas para lidiar con camaradas que han cometido errores, para ayudarlos en lugar de castigarlos. Criticismo no implica maltrato. Todo el mundo comete errores. La diferencia es que algunos cometen más y algunos cometen menos; algunos corrigen antes y algunos corrigen después. En nuestro partido existía una tendencia a “retaliar implacablemente” contra camaradas que cometían errores. La gente es apasionada, y los camaradas no son una excepción. Pero la “retaliación implacable” solo generaba división y desunión. “Hoy contra ti y mañana contra mi” resultaba en una atmósfera nociva dentro del partido, lo cual perjudicaba nuestro proyecto. Finalmente nuestro partido corrigió este sesgo y ayudó a los camaradas a corregir sus errores. Entre más fuerzas puedan ser unidas, mejor.

Los camaradas que han cometido errores y aprendido lecciones quizás sean mejores en esto que aquellos que todavía no han cometido ningun error. Los camaradas que nunca han cometido un error quizás se equivoquen en un futuro.

Ante un gran enemigo debemos movilizar toda fuerza que pueda ser movilizada, incluida toda fuerza social e intrapartidaria que pueda ser unida.

Lo mismo ocurre a nivel internacional. Sin el apoyo de las fuerzas progresistas internacionales, nuestra revolución nunca hubiese sido victoriosa. El imperialismo tiene alcance global, por lo que es necesario movilizar toda fuerza progresista internacional, incluyendo las de Sudamérica, Centroamérica, Norteamérica, Asia, Europa y África. Podemos cooperar con ustedes para contener las fuerzas del imperialismo. Los imperialistas están metidos en todas partes, por lo que podremos luchar contra ellos simultáneamente, dificultando así sus operaciones. Nuestra victoria requiere el apoyo de las fuerzas progresistas alrededor del mundo. Por ejemplo, durante la Guerra de Corea [2], Estados Unidos sólo podía colocar un tercio de sus fuerzas en Corea del Norte y en Asia en general, otro tercio en Europa y otro tercio en América. Tuvieron que dividir sus fuerzas. Esto nos ayudó. De otro modo, ¿cómo podríamos haber ganado? ¿Cómo podríamos haber terminado la guerra en el paralelo 38? [3] Del mismo modo, en la lucha contra el régimen de Chiang Kai-shek y en la lucha por la construcción del socialismo, hemos recibido la ayuda de muchos países.

Ustedes nos han ayudado mucho, incluso si no se han dado cuenta. Los Estados Unidos están preocupados por América Central y América del Sur: temen que se levanten para rebelarse. Hay polvorines por todas partes para los Estados Unidos; uno en Asia, otro en Europa, otro en África y otro en su América Central y América del Sur.

En Brasil hay algunos chinos que fueron expulsados de la China continental. Para la diáspora china, nuestra política es también luchar por todos aquellos que estén dispuestos a venir a luchar contra el imperialismo estadounidense, sin importar la gravedad de los crímenes que hayan cometido en el pasado. El perdón esta sobre la mesa. Esperamos que regresen, ya sea para visitar o para quedarse. Incluso Chiang Kai-shek podría volver si quisiera, pero es muy terco y se niega a volver.

Todo esto se aplica a países. No importa lo reaccionarios que sean, mientras estén dispuestos a hacer negocios con nosotros y a establecer relaciones diplomáticas, nos esforzaremos por mantener buenas relaciones, ya sean pequeños o grandes países capitalistas. También intentamos ganarnos a Japón. Por muy grande que sea nuestro rencor por su invasión de China en el pasado, nos esforzamos incluso por los capitalistas japoneses y veteranos militares de alto rango. Un grupo de soldados japoneses que habían invadido China en el pasado pidieron visitar China, y dijimos que sí. Han organizado una delegación de más de una docena de personas, y vendrán después del Primero de Mayo. Esto se debe a que el estatus de Japón en la actualidad es muy diferente del que tenía en el pasado. En la actualidad, es un país semicolonizado. En el pasado, Japón intimidaba a los demás, pero ahora los Estados Unidos los intimidan a ellos. Por más que los Estados Unidos han firmado acuerdos militares con Japón, Filipinas, Tailandia y Pakistán, su posición en estos países es extremadamente tenue.

China está todavía muy atrasada económica y culturalmente. Tomará mucho tiempo conseguir una independencia real y alcanzar la prosperidad y la modernización industrial del país. China necesita el apoyo de los camaradas y del pueblo de todos los países.

Quiero dejar claro a todo el mundo que la experiencia de China sólo puede servir de referencia y no debe ser copiada a ciegas. Cada país debe decidir sus principios y sus políticas en base a sus propias características nacionales, e integrar el marxismo con sus propias características nacionales. La experiencia de China ha sido buena y mala; hemos tenido éxitos y fracasos. Puede que incluso las buenas experiencias de China no sean aplicables dadas las condiciones específicas de otros países. Es peligroso copiar una experiencia exitosa. Las experiencias éxitosas de un país pueden fracasar en otro, debido a la situación única de cada uno. Copiar a otros países conlleva riesgos, y copiar ciegamente garantiza pérdidas. Esta es una lección de importancia internacional.

Escuché que ustedes son camaradas serios y dispuestos a estudiar. Es bueno estudiar fuerte. Garantiza la victoria sobre el enemigo. Es importante analizar todo y averiguar lo que está bien y lo que no, porque todo tiene un lado positivo y un lado oscuro. Debemos mostrar a los extranjeros ambos aspectos de China. Han visto el lado bueno, y deberían ver el lado malo.

Las lecciones de la derrota también deben ser estudiadas. Pueden incluso salvarnos de desvíos innecesarios. El error de dogmatismo de Wang Ming [4] causó en su día grandes pérdidas a la revolución de nuestro país. Pero sus errores nos ayudaron a educar al partido y al pueblo. Desde este punto de vista, yo soy su alumno. Nuestros maestros no son sólo Marx, Engels, Lenin y Stalin. El imperialismo también es nuestro maestro, Chiang Kai-shek es nuestro maestro, y los camaradas que se equivocan también son nuestros maestros. Sin ellos no hubiesemos aprendido tanto.

Stalin hizo cosas que estaban bien y cosas que estaban mal. Wang Ming aprendió de Stalin sus errores oportunistas de “izquierda”. Abogó por derrocarlo todo y socavó la unidad con la burguesía. En la sociedad todo fue derrocado, pero dentro del partido hubo desunión. Más tarde aprendió sus errores de derecha, también de Stalin. [5] Esto es algo que no hemos publicado mucho porque también somos responsables. En general, se considera que Stalin ha acertado en un setenta por ciento y se ha equivocado en un treinta por ciento. Si sugieres que tiene un ochenta por ciento de razón y un veinte por ciento de error, puede que recibas críticas; si dices que tiene un sesenta por ciento de razón y un cuarenta por ciento de error, puede que también recibas críticas. En todo caso, no es correcto negar aquello en lo que Stalin acertó.

La cuestión estalinista no es un asunto para personas individuales o para países individuales, sino para toda la causa proletaria internacional. Los errores de Stalin pesan en todos nuestros corazones. Ese artículo de la redacción del Diario del Pueblo [6] fue discutido en una reunión ampliada de nuestro Politburó, y fue revisado seis o siete veces antes de ser publicado.

Los errores son inevitables. ¿Quién no comete errores? ¿El imperialismo cometió menos errores? Tomamos cuenta tanto de lo positivo como de lo negativo. Criticamos los errores y salvaguardamos las experiencias exitosas. Los errores suelen ser fruto de la inexperiencia, y el marxismo sólo tiene algo más de cien años de experiencia. Es lógico que se cometan errores, y los habrá en todos los países, en la revolución y en la construcción. China sin duda también cometerá errores a futuro. Si estamos bien enfocados, cometeremos menos errores, especialmente al nivel nacional. E incluso si cometemos un error a nivel nacional, podremos corregirlo rápidamente. Entender el materialismo significa aceptar que es imposible no cometer errores, ya que la mente humana no puede reflejar la realidad objetiva de forma completa y exacta. El ser humano sólo superará gradualmente su falta de comprensión en el proceso de entender las cosas; no hay manera de evitarlo. Las cosas son complejas y andan en constante evolución. Entender la dialéctica significa aceptar que se cometerán errores siempre y cuando el reflejo de la mente humana no pueda seguir el ritmo de la realidad objetiva.

Las contradicciones siempre están ahí, y seguirán estando ahí dentro de 10.000 años. Apenas se supera una contradicción, surge otra. En cualquier momento, en cualquier lugar, en cualquier persona, existen contradicciones, y sin contradicciones no hay mundo. Algunas personas creen que al entrar a una sociedad socialista desaparecen sus defectos y el país alcanza la perfección. Esto no es más que una especie de superstición.


[1] Mao Zedong, Abril 1956. Sobre las diez relaciones principales. [zh] [en] 

[2] En junio de 1950, estalló una guerra entre el Norte y el Sur (República Popular Democrática de Corea y Corea del Sur) en el paralelo 38 de la península de Corea. Los EEUU enviaron tropas bajo la bandera de la ONU, las cuales cruzaron el paralelo 38 para atacar la frontera entre China y Corea del Norte, amenazando a China. Para resistir la agresión estadounidense y ayudar a Corea, los Voluntarios Populares Chinos lucharon al lado del Ejército Popular de Corea, rebatiendo la agresión estadounidense y conduciendo a firmar el Acuerdo de Armisticio de Corea en julio de 1953. 

[3] Cerca del final de la Segunda Guerra Mundial los EEUU y la Unión Soviética acordaron utilizar el paralelo 38 en Corea del Norte como línea fronteriza temporal para las operaciones militares contra Japón. Esta línea fronteriza, que divide a Corea, se conoce comúnmente como el “paralelo 38”. 

[4] El error de dogmatismo de Wang Ming se refiere al error de aventurerismo “izquierdista”.  [7] 

[5] El error derechista de Wang Ming.  [8] 

[6] Se refiere a “La Experiencia Histórica de la Dictadura del Proletariado”. [web] 

[7] En enero de 1931, en el Cuarto Pleno del Sexto Comité Central del Partido Comunista de China, Wang Ming y otros, con el apoyo de la Internacional Comunista y su representante Pavel Mif, fueron elevados a una posición de liderazgo en el Comité Central del Partido. Confundieron políticamente los límites de la revolución democrática y la revolución socialista, yuxtapusieron el pensamiento antiburgués, el antiimperialismo y el antifeudalismo; negaron los cambios evidentes en las relaciones de clase internas después del incidente del 18 de septiembre, consideraron a las fuerzas medias como el “enemigo más peligroso”; siguieron promoviendo la teoría de las “ciudades en el centro” y abogaron por que el ejército se apoderara de las ciudades centrales para lograr la victoria en una y varias provincias para llegar a la victoria nacional. En materia militar, se promovió primero el aventurerismo, y luego vino el conservadurismo y el escapismo. En cuanto a la organización, se practicó el sectarismo, y a las personas que no estaban de acuerdo con sus reivindicaciones erróneas se les sometió a “una lucha cruel y a ataques despiadados”. El aventurerismo de “izquierda” de Wang Ming dirigió el partido durante cuatro años, causando grandes pérdidas al partido y a la causa revolucionaria. En enero de 1935, el Buró Político del Comité Central del PCCh convocó la Conferencia de Zunyi para establecer la correcta dirección del nuevo Comité Central representado por Mao Zedong, poniendo así fin al dominio del aventurerismo de “izquierda” de Wang Ming en el Comité Central del Partido. 

[8] En diciembre de 1937, Wang Ming, que acababa de regresar de la Unión Soviética, presentó “¿Cómo continuar y ganar la guerra nacional de resistencia?” en la reunión del Comité Central del PCC. El informe presentaba muchas propuestas capituladoras de derecha. Más tarde, siendo secretario de la Oficina del Río Yangtze del Comité Central del PCC, publicó algunas declaraciones, resoluciones y artículos que incluían errores derechistas. Consideraba que el Kuomintang había superado al Partido Comunista, y se rehusaba a fomentar luchas de masas, desarrollar el ejército popular o ampliar las zonas liberadas en los territorios ocupados por Japón. En vez abogaba por ofrecer al Kuomintang el papel dirigente de la lucha contra Japón. Como la línea correcta representada por Mao Zedong ya predominaba dentro del partido, estos errores de Wang Ming tuvieron un impacto menor, sólo en algunas zonas. En el VI Pleno del VI Comité Central del Partido Comunista de China, celebrado de septiembre a noviembre de 1938, se criticó el error capitulacionista de derecha de Wang Ming y se estableció la política de todo el partido de dirigir independientemente la lucha armada contra Japón.